El nuevo impulso que le dio el Consorcio de Universidades del Estado (Cuech) a la Movilidad Nacional Estudiantil de Pregrado en julio pasado, al firmar un convenio de colaboración complementaria en esta materia, ha permitido que desde el segundo semestre de 2017, los estudiantes de la Universidad de Chile puedan optar a realizar actividades académicas en otras instituciones estatales del país.
Durante el segundo semestre de 2017, Esperanza Garay de Psicología tomó cuatro ramos en la Universidad de Tarapacá; Mauricio Ceballos de Odontología realizó el Programa de Internado Rural Interdisciplinario (PIRI) de la Universidad de la Frontera; y Angelo Rivero de Arquitectura cursó un semestre de su carrera en la Universidad del Bío Bío.
Miércoles 16 de Mayo de 2018. El Programa, busca profundizar el vínculo entre las universidades del Estado e instalar una instancia estratégica que fortalezca el proceso formativo integral de los estudiantes, con sello identitario estatal. “Esto es parte del compromiso de las universidades estatales de trabajar en conjunto, aprovechando los atributos que la formación en cada una de las instituciones del país tiene y entregando así a nuestros estudiantes, experiencias significativas de aprendizaje”, enfatiza Leonor Armanet, directora del Departamento de Pregrado de la Universidad de Chile.
A través de este programa, los estudiantes de la Casa de Bello pueden postular a realizar pasantías de investigación, prácticas profesionales o cursar un semestre académico, entre otras actividades, en 14 universidades estatales a lo largo del país, con costo cero de arancel en la universidad de destino, además de una beca de apoyo y un acuerdo de reconocimiento de actividades curriculares antes de iniciar la movilidad.
El trabajo interdisciplinario, la vinculación con el medio, el servicio a la comunidad y las temáticas ligadas a la identidad local de las regiones en las que hicieron su intercambio, fue lo que más valoraron Esperanza Garay de Psicología, Mauricio Ceballos de Odontología y Angelo Rivero de Arquitectura, quienes fueron los primeros estudiantes de la Universidad de Chile, de esta nueva etapa de la Movilidad Nacional, en vivir la experiencia. Durante el segundo semestre de 2017, Esperanza tomó cuatro ramos en la Universidad de Tarapacá; Mauricio realizó el Programa de Internado Rural Interdisciplinario (PIRI) de la Universidad de la Frontera; y Angelo cursó un semestre de su carrera en la Universidad del Bío Bío.
“Salí de mi burbuja de la Universidad de Chile. Las cosas eran súper distintas. Vi otra realidad. Igual yo aprendí a valorar harto la Chile. Más allá de la Chile, Psicología”, señala Esperanza, quien en la Universidad de Tarapacá tomó ramos como Género en contextos fronterizos, Convivencia escolar y Antropología deportiva, lo que dice, le sirvió para aprender de temáticas que le interesaban, pero considerando un contexto específico como el de Arica como territorio fronterizo. Además, jugó en San Marcos de Arica, vivió la experiencia de trabajar directamente en un colegio, donde le ofrecieron práctica y generó contactos con profesores especialistas en temas de su interés.
Mauricio, por su parte, hizo su internado en Cañete, a través del Programa PIRI de la Universidad de la Frontera, en el que compartió con compañeros de distintas carreras de la salud, lo que le permitió trabajar interdisciplinariamente y con la comunidad.
“El espíritu del programa en sí yo lo encuentro hermoso. Por eso quise ir, porque gran parte del trabajo que exige no es sólo entregar salud, sino que escuchar a la comunidad y ahí yo aprendí un montón de cosas, sobre todo de carreras como Terapia Ocupacional que son un poquito más humanistas en salud, Kine o Fono. (…) Yo estaba acostumbrado quizás a una forma de hacer las cosas, era más pragmático (…) y teníamos que conversar. En ese aspecto, gracias. Trabajar en equipo y diseñar proyectos, fue muy interesante (…) Aprendí mucho de eso, fue súper grato y nutritivo en ese aspecto”.
Angelo, en tanto, lo que más destaca de su semestre en la Universidad del Bío Bío es que “pudimos trabajar junto con la Dirección de Obras Portuarias para realizar un proyecto costero. En ese sentido fue súper rescatable poder estar con un equipo que estudiaba allá, en segundo lugar poder ir y conversar con la Dirección de Obras Portuarias, con la gente de ahí y elaborar un proyecto que se va a tomar en cuenta en el futuro para realizarse. Y en ese sentido, creo que fue un súper buen trabajo, súper enriquecedor. Por otro lado, el hecho de que sea una universidad que no está en Santiago, que está en un contexto específico, le da muchas características que acá uno en Santiago no percibe de manera tangible”.
Considerando lo positivo y lo negativo de sus vivencias en nuevas regiones e instituciones, los tres estudiantes están de acuerdo en que fue un aporte a su formación y recomiendan que quienes tengan ganas de vivir nuevos desafíos, postulen al Programa.
Texto: Gabriela Carrasco Molina, Departamento de Pregrado
