Proponen desarrollar mecanismos alternativos a la Prueba de Selección Universitaria que integren y articulen un sistema de ingreso más complejo, que incorpore variables socioeconómicas y vocacionales. La razón, el efecto regresivo de la PSU en los estudiantes que provienen de sectores más vulnerables.
Entre risas y llantos, la semana pasada miles de estudiantes revisaron una y otra vez sus puntajes para acceder a la Universidad de su preferencia y alcanzar la carrera que deseaban. Muchos no alcanzaron ni el puntaje mínimo de aprobación, otros en cambio se sorprendieron con su buen desempeño.
Las cifras hablan por sí solas. Menos de un 1% de los estudiantes provenientes de un colegio municipal que rinden la PSU obtiene más de 750 puntos. La cifra crece a más de un tercio cuando se consideran sólo establecimientos particulares.
Esta realidad se contradice con una de las teorías más respetadas en materia de distribución de talentos. Si el talento está distribuido homogéneamente en la población, por qué los sectores más vulnerables alcanzan menores desempeños.
Este panorama ha puesto en alerta a los jefes de planteles de las Universidades Tradicionales. Tal discriminación requiere ser abordada por un sistema de ingreso que considera otras variables y evalúe más allá de la prueba de conocimientos, las inequidades en términos de ingreso y educación de los padres, señaló el rector de la U de Chile, Dr. Víctor Pérez.
Vemos cómo nuevamente la PSU constata una situación real y es que la brecha se mantiene, lo cual nos inquieta profundamente. Cuando llegamos a este punto la tentación es echarle la culpa a la PSU; sin embargo, olvidamos que la PSU es otro indicador, como hay muchos, que están reflejando las inequidades del sistema educativo chileno (…) Como Consejo de Rectores (organismo que agrupa a los 25 planteles tradicionales) están abiertos a incorporar otros sistemas de selección complementarios a la PSU. Por ejemplo, ranking de notas, entrevistas, ensayos y respuestas libres. Todas ellas son alternativas que trabajan equipos técnicos de algunas universidades y el propio Demre (que administra el test). El avance de ellos será analizado durante 2010”, señaló el rector Pérez.
