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***Funcionarios de la Universidad de Playa Ancha distribuyeron equipos en sus domicilios y lugares de trabajo a jóvenes de Cabildo, Hijuelas, La Calera, Quillota, Quilpué y Villa Alemana. También se están entregando chips de acceso a internet para que puedan participar en clases online.

 

Hasta las casas o lugares de trabajo de los estudiantes que viven en la zona interior de la Región de Valparaíso llegaron funcionarios de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) para entregarles notebooks y tablets, a fin de que puedan continuar con las clases en línea, modalidad que desarrolla la universidad en forma intensiva.

Esta entrega correspondió a la segunda etapa del plan de ayuda que desarrolla la Universidad de Playa Ancha, a través del cual se busca apoyar a los estudiantes con tecnología para puedan continuar las actividades académicas, en el marco de la pandemia del Coronavirus.

Los computadores se entregaron en compañía del director general de Desarrollo Estudiantil, Gregorio Silva, y de la directora del Sistema de Bibliotecas de la universidad, Carmen Gloria Arlegui, quienes reiteraron el compromiso que la UPLA tiene con todos sus estudiantes. La entrega se realizó en los hogares y lugares de trabajo de los alumnos que viven en las comunas de Catemu, Hijuelas, La Calera, Quillota, Quilpué y Villa Alemana.

En paralelo a esta ayuda, se está realizando la entrega de chips para que las y los jóvenes que expresaron dificultades para tener acceso a internet, cuenten con este servicio. El chip está siendo enviado por correo a quienes viven en la Región de Valparaíso, Metropolitana y del Libertador Bernardo O’Higgins.

TESTIMONIOS

Elías Cáceres Tapia, estudiante de primer año de la carrera de Terapia Ocupacional, es un verdadero ejemplo. Comenta que, a pesar de pertenecer a una familia de escasos recursos, siempre tuvo claro que debía estudiar. Sin dejar de sonreír, agrega que ese sueño lo obligó a trabajar desde los 8 años, lo que hasta la fecha sigue haciendo, aunque eso signifique caminar a diario más de 14 kilómetros. Sin embargo, su empuje y alegría destaca más que el sacrificio que ha debido hacer para estudiar, e incluso anima a otros jóvenes a perseguir sus sueños, tal como él lo está haciendo.

Para mí significa harto, porque yo soy de pocos recursos igual. Voy a poder hacer mis tareas, estudiar anatomía, que es lo que más me está complicado hasta ahora, por las clases que no podía estar. Hasta ahora me estoy conectando…pido internet con un familiar que ellos me dan internet y ahí me puedo conectar con un computador que me prestan.  Todos se pueden superar, chiquillas y chiquillos, todos se pueden superar, porque yo era de muy bajos recursos, más bajos que ahora y he salido adelante trabajando de chico, de los siete, ocho años y después empecé a trabajar de maestría, empecé a trabajar pegando cerámicos, cosas así, haciendo cemento, mezcla, todas esas cosas…”

María Elena Matta, madre de Fabricio Olivares Matta, estudiante de cuarto año de Kinesiología, fue quien recibió un notebook, debido a que, por estos días, su hijo está trabajando en el Norte. Emocionada, compartió lo difícil que es para él cumplir con sus obligaciones académicas, porque no contaba con un computador, razón por la cual ella, muy conmovida, agradeció esta ayuda.

“Me parece muy lindo, muy loable, porque él no tiene ese aparato y lo necesitaba y él tenía que ir a la casa de un amigo o ponerle bolsas de internet para que él estudiara, pero ahora con esta ayuda, él va a poder estudiar lo que él quiere, porque es un chico muy empeñoso, y no podía hacerlo acá, porque no tenía ese aparato y le cayó como anillo al dedo. No lo esperaba. Yo creo que allá también él debe estar saltando de alegría por este valor que le vamos a dar ahora, porque de verdad que lo necesitaba, así es que va a estar orgulloso y feliz de que la universidad haya pensado en él”, dijo María Elena Matta.

Daniela Campos, madre de Dylan Ogaz, estudiante de cuarto año de Kinesiología, fue quien recibió el computador de su hijo. Dijo sentirse mucho más tranquila, pues si bien había un computador en casa, éste era muy antiguo, razón por la cual debía compartir el PC con la polola, que estudia Enfermería en la UPLA.

“Muy bueno, porque así…, como tiene clase todos los días, y la mayoría de las horas se complica compartir un computador. Entonces, así es mucho mejor. Aparte que el hermano va en segundo año de enseñanza media, igual necesita ocupar el computador de la casa, entonces obvio que le sirve mucho”.

Itamar Lagos, estudiante de primer año de Pedagogía en Castellano, también recibió un notebook, tras lo cual expresó su alegría. Entre risas, sostuvo que antes trataba de estudiar usando solo el celular, lo que no le dio muy buenos resultados. Ahora, en cambio, reconoció que ya no tendrá excusas para no cumplir con sus responsabilidades académicas.

“…Con el celular, pero el celular no apaña nada, porque está todo roto de hecho, y esto fue como…no sé… caído del cielo. Igual en toras universidades no hacen esto. Yo tengo amigos en otras y no les han dado tanto apoyo como aquí. Me parece que se toma bastante conciencia, se ponen en el lugar de los otros y eso, obviamente, siempre va a ser bueno. Ahora no me voy a saltar ninguna clase, ya no hay excusa para eso, pero sí, está muy genial el apoyo”.

 

 

 

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