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El Doctor Claudio Acuña, académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago encabezó un estudio en el que evaluó cómo el estrés en ciertas especies se ha tornado crónico, generando efectos inmunológicos que perjudica a industrias como la de los salmones.

 

El análisis del investigador, que considera una exhaustiva revisión bibliográfica, ha sido considerado como una referencia para otros expertos internacionales del área y fue recientemente publicada por la prestigiosa revista especializada Fish & Shellfish Immunology.

 

Enero 2016. Santiago. Un novedoso estudio realizado por investigadores chilenos de la Universidad de Santiago de Chile ha permitido confirmar el vínculo entre el estrés que experimentan los peces y su impacto en la producción acuícola.

El Dr. Claudio Acuña, académico de la Universidad de Santiago y uno de los científicos que lideró la investigación, explicó que el análisis permite colegir que el estrés de diversas especies afectaría económicamente la pesca. “Es muy probable que el estrés esté influyendo en las pérdidas de producción en la industria salmonicultora. Cuando el estrés es demasiado alto en los peces, éstos se tornan susceptibles, por ejemplo, al piojo de mar. Si se observa que muere la producción completa es un claro indicador de que lo que ocurre no es solo genético, sino que además está ligado al estrés”, sostuvo Acuña.

Según señaló el investigador, los principales problemas de estrés que tienen los peces están provocados por el hacinamiento, el traslado, vacunas y el cambio de agua dulce a salada. Si bien muchas veces las alteraciones  y la fatiga entre las especies se da de manera normal en la naturaleza, existen contextos de producción que provoca que el estrés se torne más crónico y afecte simultáneamente el sistema inmunológico.

“El estrés crónico es el peligroso y dañino, ya que cuando se vuelve constante afecta al sistema inmunológico. En cambio, el estrés agudo es necesario y útil, permite la toma de decisiones en situaciones de conflicto”, sostuvo.

Cuando el estrés llega a una fase crónica se manifiesta de distintas formas, por ejemplo, “en cambios fisiológicos, conductuales, agresividad, algunos incluso dejan de comer y aumenta la susceptibilidad a enfermedades contagiosas”, comenta.

Según la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de Chile, en el informe sectorial de octubre 2015, las exportaciones en agosto alcanzaron 93 destinos, destacando Estados Unidos, Japón, Brasil, Rusia, China y España, entre otros. La importancia de este sector productivo estratégico en la economía del país, motivó al Dr. Claudio Acuña Castillo, director del Departamento de Biología e investigador del Centro de Biotecnología Acuícola (CBA) de la U. de Santiago, quien junto a otros colegas de la universidad y otras instituciones, realizaron una revisión bibliográfica del tema para comprender los mecanismos de generación del estrés en peces, comparándolo con el modelo de mamíferos.

La revisión bibliográfica ha tenido una alta repercusión en la comunidad científica, generando citaciones en otros trabajos de esta área y permitiendo ahondar en una temática poco estudiada. “Esto ha servido para entender algunas cosas del estrés en peces y facilitar a otros investigadores que también quieren ir a buscar lo mismo, dándoles un poco más de literatura más digerida”, afirmó.

Según señala el investigador tomaron los conocimientos que tenían sobre los mamíferos e hicieron una revisión exhaustiva de la literatura sobre peces, intentando hacer correlatos entre ambos. La revista especializada Fish & Shellfish Immunology publicó recientemente el análisis bajo el título “Mecanismos neuroendocrinos para la regulación del sistema inmune durante el estrés en los peces”.

El efecto que desencadena la pérdida de producción también preocupa al investigador, quien agrega que “el estrés debe estar ligado al efecto en las pérdidas de producción y lo más terrible son los efectos secundarios a nivel de empleos  y cesantía”.

El académico espera que los efectos del estrés se mitiguen de forma natural, porque es necesaria su presencia en un grado menor. “Hay que tener cuidado en cómo combatir el estrés, porque tampoco es bueno atacar de forma directa al cortisol (hormona que se libera como respuesta al estrés), porque si no queda sin capacidad de respuesta, por ello es interesante trabajar con plantas o elementos naturales”.

Esta publicación también tuvo como autor principal al Dr. Ricardo Fernández, investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas y de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello, a la cual se sumaron los doctores Gino Nardocci, Cristina Navarro y Paula P. Cortes, todos miembros de la UNAB, además de los investigadores de la Facultad de Química y Biología y del CBA de la U. de Santiago, doctores Mónica Imarai, Margarita Montoya, Beatriz Valenzuela y Pablo Jara.

 

Fuente:  Paula Godoy Bolados  de Comunicaciones U. de Santiago

 

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