“Pasamos de la crítica a la propuesta”. “En años, esta es la primera vez que surge un diálogo tan amplio y serio respecto a la educación”. Comentarios como éste abundaron en la jornada de cierre del Congreso Nacional de Educación, que convocó a más de dos mil personas el pasado 4 y 5 de septiembre. De Arica a Magallanes, universitarios, profesores, pingüinos, funcionarios de instituciones educativas, discutieron en mesas temáticas acerca de financiamiento, sentido de lo público, institucionalidad, acceso y permanencia y educación a lo largo de la vida. El desafío alcanzar acuerdos que permitan materializar un cambio profundo en el abordaje de las problemáticas de la educación. Pablo Moyano, presidente de la Federación de Estudiantes de la Usach, resaltó que “junto con los acuerdos del congreso, ahora se entregará un voto político con el fin de llevar adelante estrategias que conduzcan a hacer realidad el mandato de los cientos de delegados”. A su juicio, esta instancia “viene a ser la culminación de las reuniones regionales, de la rebelión de los estudiantes secundarios en 2006 y de las diversas expresiones de mejoras que han manifestado muchos grupos sociales a lo largo del tiempo”. Otro de los consensos estuvo marcado por que exista más Estado en materia educacional. Unánimemente, los asistentes exigen que el Estado ejerza un rol garante y protagónico en las instituciones, asegurando los recursos para las escuelas y universidades que pertenecen a su propiedad. Y si bien no hubo consenso absoluto, una importante mayoría suscribió un sentido de lo público que trasciende a la propiedad de las instituciones. Representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, plantearon construir una definición de lo que implica entregar una educación pública y los valores, principios y roles que la caracterizan. Las conclusiones del Congreso serán publicadas durante la semana para continuar con los planes de acción, que se ejecutarán a nivel local, regional y nacional.