Simulación del Mineduc predice el efecto de sumar ranking de notas del colegio al Aporte Fiscal Indirecto. CFT e institutos son los que más ganan.
Antes de la reforma de 1981, la PAA valía sólo el 40% de la ponderación final para la admisión a la universidad. El resto estaba definido por las notas de enseñanza media. La reforma creó un mecanismo para estimular a las universidades a atraer a los mejores alumnos: el Aporte Fiscal Indirecto que cambió este escenario. La iniciativa establecía que los planteles que matricularan a los 20 mil mejores alumnos en la PAA recibirían recursos adicionales por cada uno. Luego, el número se ampliaría a los 27.500 estudiantes con los que funciona el modelo actual.
Según Francisco Javier Gil, rector de la U. Católica Silva Henríquez, al año siguiente de la reforma, las universidades se orientaron a captar a los mejores alumnos de la prueba y la ponderación de ésta subió a 63%. Hoy llega a 80% en algunos planteles.
Es lo mismo que los expertos prevén que sucederá con los cambios anunciados al AFI en el discurso del 21 de mayo, en cuanto a incorporar el ranking de notas del colegio como un indicador.
Mientras el Mineduc discute con las universidades los detalles de la modificación, algunos expertos y rectores ya auguran qué pasará: se modificará el sistema de admisión, orientándose ahora también a buscar a los mejores alumnos del colegio. “Tal como antes las universidades se orientaron casi exclusivamente a buscar a los mejores en las pruebas, se espera que ahora comiencen a usar el ranking del colegio como criterio de selección”, sostiene Gil.
No es todo. Una simulación del Mineduc sostiene que los centros de formación técnica (CFT) e institutos profesionales (IP) serán los que incrementarán más sus recursos. El análisis se hizo considerando la nueva fórmula propuesta por el Mineduc a los rectores: que el 80% del AFI que se entrega por cada alumno sea en base al puntaje obtenido por éste en la PSU y el 20% según el lugar que ocupó en su generación. Además, que de los 27.500 alumnos beneficiados, se pase a 31 mil en una primeta etapa, lo que sumaría, manteniendo los actuales montos per cápita, dos mil millones de pesos adicionales.
Bajo esos supuestos, los CFT recibirían $ 50 millones por concepto de AFI, 69% más que lo que recibirían en 2011 manteniendo la actual fórmula. Los institutos, $ 120 millones, 46% más que lo actual, y las universidades tradicionales, $19 mil millones, 10% más. Las universidades privadas recibirían 6% más que con la actual distribución.
También cambiaría el panorama desde el punto de vista de los estudiantes beneficiados. Bajo el actual esquema, sólo uno de cada cinco alumnos que son sujetos de AFI proviene de colegios municipales. Incorporando el ranking del colegio, según las simulaciones del Mineduc, la cifra subiría a uno de cada cuatro. Hoy, el 40% de los escolares AFI proviene de colegios particulares. La cifra bajaría a 35% incorporando el ranking de notas del colegio.
“El 88% de los alumnos que están inscritos y rinden la PSU proviene de colegios municipales y subvencionados. Sin embargo, son los colegios particulares los que se llevan los mejores puntajes. Con estas modificaciones, el universo del AFI sería más equitativo y representativo de la población”, dice el jefe de la División de Educación Superior del Mineduc, Juan José Ugarte.
Con él coincide Claudio Elórtegui, rector de la UCV: “El sistema podría reducir la inequidad que hoy está presente en el acceso a la universidad. Es un paso adelante”.
El detalle
Pero el panorama no sería igual para todos. Según un estudio del académico de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, Dante Contreras, que analizó el ingreso a la UC y otras universidades en 2004, el 43% de los alumnos provino del 20% mejor de su curso. Ese mismo año, el 94% del total de su matrícula nueva fue merecedor de AFI. Por eso, según algunos cálculos, el plantel podría perder el 3% de los recursos de mantenerse la propuesta del Mineduc y no modificar su sistema de admisión.
“A la UC no le interfiere en sus números, pero sí nos beneficia, porque nos permite contar con más alumnos vulnerables, pero es algo que habrá que estudiarse con informes técnicos”, dice el rector de la UC, Ignacio Sánchez.
Otros planteles tradicionales, incluso, podrían beneficiarse. Es el caso de la Usach, donde, según los datos de Contreras, más de la mitad proviene del 20% superior del curso. En cambio, el 65% de los alumnos del plantel recibe AFI.
Un escenario que la U. Católica Silva Henríquez ya adelantó: desde este año, incorporó el ranking como mecanismo de admisión, que pesa 50%, mientras las notas del colegio representan 20% y el puntaje en la PSU, 30%.
Según los cálculos del plantel, el puntaje promedio subió de 492 a 533 puntos y los alumnos municipales de 18,4% a 28,3%.
¿Por qué el ranking de notas?
Diversos estudios señalan que el ranking de notas predice tanto el buen rendimiento de los alumnos en la universidad como en la PSU. Un estudio de Francisco Meneses y Sebastián Gallegos, de la UC, y Dante Contreras, de la U. de Chile, encontró que los alumnos que estaban en el 5% mejor de su generación tenían un rendimiento en la universidad de entre 1,3 y 2,3 décimas adicionales que el promedio, aun después de controlar por notas y PSU. Según Contreras, esto se explica porque, más allá de la calidad de la educación que ofrezca un colegio, un alumno que tiene un desempeño superior a sus compañeros tiene habilidades no cognitivas, como autodisciplina. “Hay gente que hoy queda fuera de la universidad y que puede tener un buen rendimiento”, señala.
Fuente: La Tercera, domingo 29 de mayo de 2011, Elizabeth Simonsen.
