Fotos: UChile

Universidad de Chile reúne a Premio Nobel y referentes globales en debate sobre el futuro de la democracia

Organizado por la Fundación Friedrich Ebert (FES Chile) y la Universidad de Chile, se realizó el Seminario “El futuro de la democracia, ¿por qué importa?”, encuentro que contó con la participación del Presidente de la República, Gabriel Boric, la Rectora Rosa Devés, autoridades de Gobierno, académicos, y estudiantes, quienes presenciaron las ponencias de destacados exponentes y pensadores internacionales, entre ellos el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz.

En el Salón de Honor de la Universidad de Chile, y con la presencia del Presidente de la República, Gabriel Boric, se realizó el seminario “El futuro de la democracia, ¿por qué importa?”, espacio organizado por la Fundación Friedrich Ebert (FES Chile) junto a la Casa de Bello, en el que participaron como panelistas Joseph Stiglitz, economista, Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Columbia, experto en desigualdad y desarrollo sostenible; Ha-Joon Chang, economista, referente en desarrollo económico y crítico del libre mercado, Anya Schiffrin, especialista en medios, desinformación y tecnología, directora académica en la Universidad de Columbia; Susan Neiman, filósofa y autora de “La izquierda no es woke”, reconocida por su enfoque ético y crítico sobre las democracias actuales y Jeanette Hofmann, investigadora en políticas digitales y gobernanza de internet, vinculada al WZB Berlin y al Instituto Alexander von Humboldt.

La actividad comenzó a las 9:00 horas y contó con la presencia de la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, la prorrectora del plantel, Alejandra Mizala, el vicerrector de Asuntos Académicos, Claudio Pastenes, el vicerrector de Investigación y Desarrollo, Christian González-Billault, la vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Josiane Bonnefoy, la embajadora de Alemania en Chile, Susanne Fries-Gaier, la subsecretaria de Servicios Sociales, Francisca Gallegos y la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, entre otras autoridades, académicos y los 72 estudiantes de la Asociación de Universidades de la Cuenca del Pacífico que visitan por estos días la Casa de Bello, pertenecientes a 25 universidades del mundo.

“Estamos honrados de acoger en nuestra Universidad este seminario, notable por sus destacados y destacadas participantes y también por la profundidad de la pregunta que aborda, la cual interpela hoy en nuestras sociedades a nivel global los desafíos y expectativas en torno a la democracia”, señaló la Rectora de la U. de Chile, Rosa Devés.

En un tiempo marcado por el auge de regímenes autoritarios y el repliegue de libertades y derechos, se vuelve urgente pensar y actuar para promover, defender y fortalecer la democracia, especialmente, si la entendemos como participación activa e igualitaria de todas y todos, permitiendo humanizar la sociedad al reconocer a otro como un igual”, agregó.

Por su parte, la embajadora de Alemania en Chile, Susanne Fries-Gaier, destacó que “cuando pensamos en los desafíos, siempre es bueno mirar hacia el pasado y obtener de ahí lecciones para el presente para construir un futuro mejor. Tras el oscuro periodo del Nacional Socialismo y del crimen sin precedentes de La Shoá, Alemania ha vuelto a ser una democracia vigorosa”, dijo. 

Sumó que “Chile también retornó desde el fin de la dictadura militar, en 1990, a una democracia viva que resguarda los derechos humanos y las libertades civiles. En ambos países, la democracia ha garantizado a los ciudadanos estabilidad política, bienestar económico y protección de derechos fundamentales, pero ¿por qué entonces es que hoy a pesar de estas experiencias positivas, la democracia es cuestionada en tantos países? ¿Cómo es posible que gobernantes autoritarios como Nayib Bukele (presidente de El Salvador) gocen de máxima popularidad también internacional?”, precisó.

Agregó la embajadora alemana tres reflexiones: La democracia debe defenderse, la democracia debe explicarse una y otra vez y las democracias deben cumplir. “Aprendamos de la historia y apoyemos la democracia y la libertad”, concluyó Fries-Gaier. 

Primer panel: Democracia, economía y desigualdad: ¿Cuánta justicia social se necesita para la participación política? 

El conversatorio estuvo moderado por la directora FES en Chile, Cäcilie Schildberg, y estuvo centrado en cuatro ejes: economía e inequidad, desinformación, temor público e instituciones y resiliencia democrática. 

El primero en entregar sus reflexiones fue el economista y Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. Sus palabras las inició destacando que el presidente Gabriel Boric, presente en el público, durante su campaña decía, “que el neoliberalismo nació en Chile y va a ser enterrado acá”, lo que aseguró es “muy importante”. 

“El nuevo liberalismo ha sido una ideología económica dominante por más de cuarenta años. No estaba basada en ciencias económicas, de hecho, en un momento que Norman Friedman estaba postulando a ser el mesías del neoliberalismo, mi investigación y la de los demás ya había demostrado que las soluciones de libre mercado no habían funcionado, que la economía no era eficiente”, afirmó. 

Lo básico acá es que necesitamos dentro de la sociedad, siempre tener normas. Incluso en una sociedad primitiva había diez mandamientos, como no matar, no robar. Hoy, en una sociedad compleja y moderna donde tenemos que vivir todos juntos, por supuesto que necesitamos normas o regulaciones”, señaló Stiglitz.

Sobre la situación actual del sistema económico fue enfático en señalar que “ahora todo el mundo está sufriendo las consecuencias de nuestra inequidad”. Según el especialista estadounidense, “la economía correcta puede expandir las oportunidades de todos (…) tenemos que tener acciones colectivas, lo que incluye normas”, sentenció. “Estructurar la economía en formas que promuevan la igualdad es esencial. A veces el neoliberalismo trata de crear una idea de que existe una forma de mercado separada de la política y eso no es verdad”.

Le siguió en las palabras, Ha-Joon Chang, economista surcoreano, especialista en economía del desarrollo, quien se enfocó en la situación de Latinoamérica donde “la relación entre economía y democracia ha sido siempre algo controversial”. El experto declaró que “una explicación de la declinación de la democracia en América es la gran inequidad. Esta alta desigualdad puede ir en contra de la democracia de distintas maneras: crea más barreras a la movilidad social, genera generaciones más frustradas —especialmente jóvenes que no creen en el sistema—, y entrega poder a los superricos para manipular a los políticos, favorecer la corrupción y controlar los medios mediante campañas de desinformación. Esta desigualdad alta y creciente puede generar un descontento generalizado”.

Ha-Joon Chang explica que este descontento en aumento se da por “una tendencia a la desigualdad y aquí tenemos que mirar el mundo del trabajo. En una economía estándar la gente se concibe como consumidores y el trabajo se considera como algo que tienen que alcanzar, tienen que ganar dinero para poder comprar cosas, que consuman, para poder obtener lo que llaman las utilidades. Sin embargo, si lo piensan bien, la mayoría de las personas pasan más de la mitad de sus tiempos despiertos trabajando, incluso los países ricos donde se trabaja por siete y ocho horas al día, si incluyen el tiempo de transporte, pasan más de la mitad del tiempo despiertos trabajando o hacia el trabajo. Si usted vive en países en desarrollo donde se trabajan más horas y tienen que tomar transporte público, ustedes pueden pasar más de 10 o 12 horas al día entre ir y volver del trabajo.”. 

Segundo panel: “Desinformación y espacios digitales: ¿Una amenaza para la esfera pública democrática?”

Inició el bloque, Jeanette Hofmann, investigadora en políticas digitales y gobernanza de internet, vinculada al WZB Berlin y al Instituto Alexander von Humboldt. “Para mí la desinformación abre una ventana sobre una relación de cambio entre el conocimiento y la democracia. Lo que podemos observar -de momento- es un ataque a las instituciones básicas de las generaciones más jóvenes y una validación del conocimiento entre las personas que están creando esta información errónea”, comenzó diciendo. 

Siempre hemos sabido que existe una relación muy cercana y estrecha entre la democracia y el conocimiento (…) ¿qué tenemos que esperar del futuro cuando la democracia se descuelgue de las instituciones y de la generación del conocimiento? ¿cómo nos organizamos a futuro si no tenemos instituciones que no sean válidas?”, enfatizó 

Abordó el poder de las redes, el manejo de información, dando de ejemplo tres elecciones con resultados sorprendentes, a su juicio: El Brexit, la elección de Trump a finales de 2016 y la de Bolsonaro (2018).  

“Estamos culpando al mensajero, hacemos responsables a estas redes sociales por lo que la gente está haciendo, cuando ellos votan por este tipo de personas. La gente piensa que las personas son demasiado estúpidas para comprender, pero están haciendo todas estas manipulaciones posibles”, precisó.    

Jeanette Hofmann dice que “la desinformación es una forma que están utilizando los populistas y los movimientos populistas. Esta desinformación se ha convertido en un tipo de código que utilizan para interactuar con su público. La desinformación en otras palabras, proviene de los políticos (…) no es que lo hayan inventado, sino que utilizan este tipo de retórica”.

“Podemos ver que cada vez más hay gente que no cree en los periodistas, ni en los académicos y no sabemos qué podrá reemplazar esto”, dice la académica. Y, advierte que “estamos yendo hacia atrás, unos 300 años”. 

Y cerró diciendo que “culpar a las redes sociales es culpar al mensajero, sin duda tienen un rol, pero ellas no son la causa del problema. Para mí la causa es la inestabilidad de la democracia”, sostuvo Hofmann. 

También en el panel “Desinformación y espacios digitales” participó la periodista Anya Schiffrin, directora académica en la Universidad de Columbia, quien se declaró una persona positiva y asegura que con la desinformación comenzó a buscar soluciones. “Lo bueno de todos estos problemas es que todos pueden hacer algo, tenemos que tirarles los libros a estas grandes empresas y tenemos que presionar a los gobiernos para que nos apoyen”. 

Lo importante es no quedarse silenciosos, es decir, no quedarnos en la investigación, quedarnos en la evidencia. Perdón si esto no es popular. Perdón si estamos quizás desacreditando a nuestros periodistas pero estamos en esto y no vamos a parar“, dijo Schiffrin, agregando que “con tantas propuestas (de solución a la desinformación) es difícil proponer sólo una”, destacando “que haya visibilidad en las noticias de calidad, podemos hacer que YouTube incluya una información de buena calidad y ponerla primero (…) El problema principal es el de acciones colectivas, es por eso que las iniciativas que aparecen en muchos países y que hacen que los publicistas trabajen en conjunto, así que lo que se necesitan son acciones colectivas”. 

Tercer panel: Instituciones y democracia: ¿Estabilidad o necesidad de reforma?

La gente dejó de creer en la democracia y esto nos llevó a la crisis que estamos atravesando”, partió señalando Susan Neiman, filósofa y autora de “La izquierda no es woke”, reconocida por su enfoque ético y crítico sobre las democracias actuales. 

“No nos dimos cuenta hasta que apareció Trump de que el sistema dependía de un sentido de vergüenza, incluso hasta que llegó un servicio a los valores democráticos, pero cuando los líderes no tienen reparos en vulnerar los controles y equilibrios democráticos, estos pierden todo su sentido”, dijo. 

Además, afirmó que “la izquierda ha sido colonizada por ideas reaccionarias (…) estar a la izquierda significa que aparte de la historia y la cultura, que crean diferencias entre nosotros, hay una dignidad humana que hay que reconocer entre nosotros”. 

Sobre desafíos futuros, dijo la especialista que “un frente común se necesita, y me gustó escuchar al presidente Gabriel Boric expandirse a otros países progresistas”, valorando la instancia en la que han estado participando estos días en nuestro país junto a los mandatarios de España, Brasil, Colombia y Uruguay.

Estoy convencida que una democracia real tiene que ser una democracia social y por eso soy socialista”, enfatizó.

Finalmente, dijo en torno a la contingencia que en su tiempo “en Vietnam una foto podía impactarnos, sin embargo, hoy día estamos viendo a niños que mueren en tiempo real (…) en Alemania, a menudo se me llama como una judía de izquierda, una antisemita por el apoyo a una propuesta que cuestiona cómo se aplica la ley de derechos humanos. El 86% de los alemanes rechazan el apoyo incondicional a esta guerra en Gaza. Qué ocurre con la democracia cuando una gran mayoría, no solo rechaza algo importante de las políticas, sino que también tienen miedo de decirlo”, sentenció.

Y cerró diciendo que “mi esperanza es que la izquierda tenga el valor de darse cuenta que las leyes sin compartir valores morales, no valen mucho la pena”, concluyó. 

Las ponencias completas de los panelistas pueden revisarlas aquí: 

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