El año pasado, una persona interesada en estudiar una carrera pedagógica debía obtener al menos 502 puntos en la PAES. En el próximo proceso de admisión, debería tener 626 o más, según la legislación vigente en este momento. A pesar de los llamados a modificar la ley, nos preocupa que aún no haya una respuesta clara del estamento político ante la urgencia.
Puede parecer un detalle menor, pero sería un desastre. No es exageración. En un contexto de grave déficit nacional de profesores y profesoras, una simulación determinó que, si la nueva exigencia se hubiera aplicado el año pasado, aproximadamente el 60 por ciento de los estudiantes no habría podido ingresar a estudiar pedagogía por la vía regular.
Esto equivale a una condena para numerosas carreras, que se volverán inviables ante la escasa demanda. La oferta formativa viene cayendo desde hace varios años. Solo entre 2022 y 2024, esta caída fue de 14,1 por ciento, principalmente en instituciones privadas. Las universidades estatales, en cumplimiento de un deber social, mantenemos abiertas las carreras pedagógicas mediante un considerable esfuerzo financiero, pero es impredecible lo que ocurrirá si las matrículas caen 60 por ciento de un año a otro.
Nos preocupa, pero aún confiamos en que el Congreso lo evite a tiempo. El Gobierno presentó un proyecto de ley que mantendría el requisito de puntaje del año pasado, pero no le asigna urgencia y actualmente se encuentra rechazado por la comisión de Educación de la cámara baja.
El rechazo de diputados y diputadas se debe, en parte a que coinciden en que es necesario cautelar la calidad de la educación y que se necesitan cambios definitivos, no medidas parche. Gobierno y universidades estamos de acuerdo en estos objetivos; necesitamos una ley más robusta. Pero hay urgencia: las universidades tienen que informar al DEMRE cuál será su oferta de carreras y cupos el próximo año, para que el DEMRE lo publique el 25 de septiembre, en apenas unos días.
Hay que notar que en parte el daño ya está hecho, pues el DEMRE informa en su página web que quienes deseen ser docentes deberán alcanzar 626 puntos en la próxima PAES. Es probable que jóvenes con la necesaria vocación ya hayan orientado en otro sentido los estudios de su último año en educación media, privando al país de un profesor o una profesora de excelencia.
Eso es lo realmente grave y preocupante: si cada vez formamos menos docentes, estamos hipotecando el futuro y el desarrollo del país. Los profesionales de hoy, que impulsan este desarrollo, fueron formados por docentes que pudieron estudiar sin tantas regulaciones ni exigencias elevadas de puntaje. La calidad de sus profesores y profesoras se resguardaba adecuadamente por un sistema de acreditación en las universidades que sigue vigente y también se ha reforzado recientemente.
El puntaje en la PAES no garantiza buenos profesores y profesoras. Una universidad con carreras acreditadas sí. Confiamos en que el Congreso tomará una decisión que lo reconozca.